EL ATENTADO QUE NO FUE

Si por estas horas Kirchner insiste en un atentado, es porque evidentemente hay necesidad de mostrar una realidad diferente de la que acosa a los argentinos y desviar el interés de los espectadores y la prensa para pasar de victimario a víctima.

Sucedió con el “secuestro” de Luís Gerez y con la supuesta muerte de Maradona, en medio de una crisis con el sector agrario, con la causa de corrupción con Skanka y con el conflicto en Santa Cruz con todos los sectores alineados en la Mesa de Unidad Sindical que desde hace una semana apostaron una carpa frente a la gobernación.

Hasta hace unos minutos Kirchner, rápidamente esta vez salio a hablar por los medios, cosa que no hizo con Sayago, con los mineros, con la derrota en Misiones, con la presencia de gendarmería en Santa Cruz, con la muerte de Fueltealba, y otras.

“Sujeto que presenta un cuadro psicológico paraoide resultado de la alta peligrosidad para sí y para terceros. Requiere de internación para su estudio y tratamiento en institución especializada” es la conclusión del informe forense dictaminado desde el Superior Tribunal de Justicia.

Si no estaba con sus facultades aptas psicológicamente, por qué Wilfredo Roque lo autorizó hace un año a desempeñarse como efectivo de seguridad privada en una empresa local. ¿Qué explicaciones va a dar?

Involucrarlo en partidos políticos, acusar al radicalismo de pergeñar el “atentado” convierte en sospechosos al propio oficialismo, ya que antes que la justicia empiece a actuar se desbocaron por cuanto medio encontraron para resolver personalmente un caso que más que claridad deja espacios oscuros en la historia de Kirchner y sus estrategias políticas.

Juliana Lasagno
julianalasagno@gmail.com