Daniel Peralta por el Frente para la Victoria: El mastín suelto. Un hombre combativo, de buen discurso peronista. Con convicciones pero sin capacidad de acción, ya que su gestión depende indefectiblemente de los designios del Presidente. Impopular en el seno del Proyecto Nacional, pero admitido por ser la única cara para perpetuar por cuatro años más el modelo de “acumulación”. Busca reforzar las localidades del interior, por la posible desventaja que tenga en la capital. Caleta Olivia es el punto central.
Eduardo Costa por la Unión Cívica Radical: el Señor Inglés. Sigiloso, impecable en sus presentaciones, demasiado cuidadoso en su discurso. Constante en el armado de su candidatura, aunque no posee un plan de gobierno puntual que defina “la transformación y el cambio” que espera Santa Cruz. Va detrás de los pasos del oficialismo, aunque solapadamente saca ventaja de la autodestrucción de los kirchneristas. Tiene a su favor el eterno 30% que responde al partido centenario, y capta los votos anti-sistemas. Todavía no define su postura ante un eventual triunfo de Cristina Fernandez
Eduardo Arnold por Unidos por Santa Cruz: La niña mimada. Aunque las estadísticas no lo contemplan como ganador, posee grandes chances de colocar en la Cámara de Diputados representantes de su partido, quienes serán los que definan la suerte en la legislatura. Un contrapeso entre el oficialismo y el radicalismo. Captará los votos peronistas históricos que no aprueban el proyecto kirchnerista. No define el eje de su campaña. Buena aceptación en el interior provincial. El electorado espera una definitiva escisión en la relación con el Presidente Kirchner.